Hojaldre de manzana
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Frutas climatéricas. Frutas ecológicas.
Si vas al mercado encuentras frutas que siguen madurando tras su recolección y otras que no. Este dato es muy importante porque de ello depende una buena compra y que puedas disfrutar en casa de las frutas en su punto óptimo. Teniendo esto en cuenta vamos a clasificar las frutas en dos grandes grupos. Aquellas cuya maduración no se corta tras su recolección y se les denomina frutas climatéricas, las que no siguen su proceso de maduración. Como acabamos de ver esta clasificación es para todas las frutas independientemente de que sean frutas ecológicas o biológicas o no.
Dentro de los frutos climatéricos, independientemente que sean o no frutas ecológicas, se encuentran algunas que diariamente consumimos miles de personas de todo el mundo debido, en principio, a sus propiedades y beneficios para la salud y en segundo lugar, a su conservación en la nevera o en el frutero de la cocina un tiempo antes de ser consumidas. En este grupo disfrutamos de: manzanas, peras, melocotones, membrillos, albaricoques, nectarinas, kiwis, papayas, plátanos y bananas, melón, sandía, chirimoyas, arándanos, mangos, higos y tomates, entre otros.
Veíamos anteriormente que se denominan frutas climatéricas a aquellas que una vez que se han recolectado, siguen madurando. Estas frutas se pueden recolectar verdes, pues tras su cosecha tienen un periodo de transporte, almacenamiento y distribución, tiempo que juega a favor de que sigan madurando y seguramente llegaran en su punto óptimo para consumir. Esta es su mayor ventaja para su comercialización, sin embargo puede ser también una desventaja para el consumo. Explicamos el motivo, cuando un fruto climatérico está en su temporada, y el mercado tiene un buen precio de venta, los productores suelen cosecharlos de forma temprana y aplicar etileno de forma externa para que maduren más rápido.
Por otro lado, que las frutas climatéricas sigan madurando tras su recolección, recolectarlas en un estado previo a la maduración, no quiere decir que la fruta haya alcanzado su tamaño óptimo o madurez fisiológica. Concretando que la cosechemos en verde y siga su proceso de maduración no quiere decir que continúe su proceso de crecimiento. Como el proceso de maduración en este tipo de frutas persiste es posible que maduren muy rápido. En esos casos, no hay que preocuparse por no haberlos consumido en el momento, ya que siempre podemos salvarlos con su uso en algunas recetas. Por ejemplo transformarlas en mermeladas que tan ricas están.
En contraposición a las frutas climatéricas tenemos las no climatéricas que como dijimos anteriormente necesitan madurar en la planta. Hablamos de ellas.
El no es lo importante de recordar, podemos asociar el no climatéricas con el no siguen su maduración. Así es más fácil de recordar. Estas frutas se deben cosechar ya en su punto óptimo de maduración y consumo. Separarlas antes de la planta implicaría la interrupción de la maduración. Las frutas no climatéricas tienen que recolectarse cuando estén a punto para su consumo, si se cortan en verde, maduran muy lentamente y se ponen blandas.
Si tenéis que comprar frutas de esta categoría deberéis saber que el aspecto que presenten en el comercio no mejorará al llevarlas a casa, en todo caso irá a peor, por tanto lo lógico es elegir las mejores piezas y consumirlas cuanto antes.
Algunas de las frutas no climatéricas son: los cítricos como el limón, la naranja, la mandarina o el pomelo, las frambuesas, las granadas, las carambolas o las zarzamoras, entre otras.
Se produce un consumo de grasas, proteínas y carbohidratos (generalmente almidones), así como de algunos minerales, como parte del proceso de crecimiento hasta alcanzar el punto óptimo de consumo. Los agricultores, como buenos profesionales deben conocer y manejar diferentes conceptos a la hora de manipular las frutas para reducir el deterioro y el desperdicio alimentario. Conocer y distinguir que las futas no son homogéneas en la respiración, la temperatura o la madurez, es de vital importancia para reducir su deterioro.
+ Controlar la respiración permite retrasar el envejecimiento, conservar su valor nutritivo y que se muestren con una apariencia fresca. Cuando la velocidad de la respiración es elevada, el deterioro de las piezas de fruta se incrementa. En la fruta climatérica se incrementa su respiración durante la maduración a pesar de estar separada de la planta, la clasificada como no climatérica es la que sólo alcanza su punto óptimo de madurez comercial antes de la recolección y su respiración se mantiene estable tras su separación de la planta.
Se recomienda no mezclar las frutas que producen mucho etileno, con las que son muy sensibles a este gas, pues es un agente madurador y controlándolo evitaremos la maduración excesiva y su deterioro. Por ejemplo, entre las frutas productoras de etileno destacan la manzana, el mango, el melón, el plátano, el aguacate, las ciruelas, las uvas, los tomates o las cebollas. Como alimentos sensibles al etileno, destacan el brócoli, la lechuga, los espárragos, las patatas o las zanahorias. Por tanto a la hora de conservarlos en casa debemos tenerlo en cuenta y procurar no juntarlos en la nevera o en el frutero.
+ Existen otros factores que influyen en la conservación de la fruta, como la temperatura, su control permite alargar la vida útil. La fruta es un producto que requiere una temperatura constante, el romper la cadena de frío en un producto, es consecuencia inevitable de su pérdida de calidad. La mayoría de los productos hortícolas perecederos tienen una vida útil óptima y ampliada si se conservan a temperaturas que están próximas a 0º C, sufrir un aumento de unos 10º C, provoca que se multiplique la velocidad del proceso de deterioro por tres.
+ La humedad es otra variable muy importante, su pérdida implica una bajada de frescura y su mala apariencia. Por lo tanto es necesario controlar el grado de humedad en el lugar donde se almacena la fruta. La circulación del aire, los daños físicos sufridos por las piezas durante su recolección, la luz e incluso los olores, afectan a la calidad de las frutas, ya que pueden absorberlos.
Actualmente tenemos acceso a una gran cantidad de frutas en cualquier época del año. Por este motivo nos atrevemos a recomendar que lo mejor es adquirir las frutas propias de cada estación. Esto nos asegura el poder disfrutar de todas las características organolépticas que nos brinda este maravilloso producto. Y no olvidemos que si las frutas son ecológicas mucho mejor.
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